domingo, 8 de marzo de 2015

¿Cómo tomar mejores decisiones?

Hola una vez más, espero que esta semana les haya dejado un sinfín de satisfacciones.

Para mí, esta semana ha estado algo atareada y llena de cambios por lo que me he distraído un poco de mis deberes para con este blog pero ya estoy de regreso.

Hoy he estado pensando mucho en qué escribir y me pasaron mil cosas por la mente, incluso pedí ayuda para decidir el tema y entonces esa vocecilla que todos tenemos en nuestra mente me dijo: “¿no puedes decidir?, quizá deberías hablar de decisiones y aprender algo en el proceso”, sí, esa voz en mi cabeza suele ser algo mordaz en ocasiones pero casi siempre tiene la razón así que pasemos al tema.

Empecemos entendiendo exactamente qué es una decisión. Me sumergí en el mundo de la red (google) buscando la mejor y más completa definición, después de una ardua investigación me topé con el Doctor en Psicología José Antonio García quien en una forma muy sencilla nos dice que: “la toma de decisiones consiste en encontrar una conducta adecuada para resolver una situación problemática, en la que, además, hay una serie de sucesos inciertos”. (Aquí está la página por si quieren leer un poco más acerca del tema: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=622 )

¿Leíste la definición detenidamente?, ahí dice que cuando tienes una situación problemática tienes que buscar una conducta adecuada siempre tomando en cuenta que hay una serie de sucesos inciertos que pueden afectar, para mí es algo que suena muy complicado y para la mente también, es por eso que cuando nos enfrentamos con alguna situación que requiere la toma de decisiones no utilizamos la conciencia, generalmente nuestros sentimientos toman las riendas, esos no necesitan que pensemos, sólo aparecen y ya.

Te voy a poner un ejemplo, supongamos que te levantaste en la mañana con toda la actitud de cambiar tus hábitos y decidiste que a partir de hoy vas a comer sano y ya no vas a comer chatarra, tomas tu cartera y vas a la tienda de comestibles para abastecer tu despensa que está llena de cosas deliciosas y engordantes, y ahí vas tú caminando feliz por la acera pensando en la gran diversidad de ensaladas que te vas a preparar, llegas a la tienda y compras tres lechugas diferentes, jitomates, pimientos, todo tan sano que tu carrito de compras termina pareciendo parcela de tanta verdura.

Llegas a tu casa, te preparas tu ensalada y te vas al trabajo con tu nueva vida bajo el brazo pero cuando llega la hora del almuerzo te enteras que tus compañeros se pusieron de acuerdo para traer barbacoa y pastel para festejar un cumpleaños y el aroma de esas delicias llegan a tus fosas nasales (¿jamás pensaste que los sucesos inciertos de los que habla José Antonio García fueran tan deliciosos verdad?), la ensalada deja de parecer apetitosa (de hecho comienzas a recordar que nunca te han gustado las verduras, tu mamá tenía que dártelas a la fuerza) y al pensar ¿por qué carajo estoy comiendo ensalada? te das cuenta que decidiste comerla porque esa persona que te gusta (esa que te hace sentir maripositas, hace que te tiemblen las piernas y tengas ojitos de borrego) te dijo que iba a empezar a comer sano y entonces se te ocurrió la maravillosa idea de empezar a comer como conejo para no dejarla sol@.

Lo más impresionante de todo es que no necesitaste pensarlo, ella o él dijo verduras y en segundos ya eras vegetariano, decidiste con el sentimiento, si lo hubieras hecho con conciencia te habrías ahorrado la compra del super, el abandono de la ensalada y el atracón de comida post-dieta.

Y lo mismo aplica para todas las decisiones, si tienes que decidir entre comprar un vestido u otro, cambiar de trabajo o auto y hasta qué vas a desayunar implica involucrar a la conciencia, ese es el punto más importante para tomar mejores decisiones.

Entonces, la lista de cosas por hacer para tomar mejores decisiones queda de la siguiente manera:









1. Toma de conciencia (creo que este punto ya quedó claro y ampliamente explicado).

2. Busca alternativas (Piensa en el mayor número de alternativas posibles, mientras más se te ocurran más probabilidades tienes de encontrar la correcta).

3. Valora las posibles consecuencias de cada alternativa (puede ser un proceso largo pero toma en cuenta los aspectos positivos y negativos de la consecuencia a corto, mediano y largo plazo, un buen tip que te puede ayudar es hacer una lista de las alternativas con sus respectivas ventajas y desventajas).

4. Elige la mejor alternativa y aplícala (pero no olvides ser flexible, por aquello de los sucesos inciertos que se te puedan presentar).

Me despido de ti y espero que estos pequeños pasos te ayuden a tomar grandes decisiones.

Nos leemos pronto.